Tú, agárrate a las sábanas, o a mi espalda.
miércoles, 11 de enero de 2012
Pero mis rodillas eran demasiado débiles como para quedarme en tus brazos sin caer a tus pies.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Entrada más reciente
Entrada antigua
Inicio
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario